lunes, 25 de enero de 2010

PIELES

La vida es lo más importante que tenemos los animales, tanto los humanos como los no humenos.
Y cuando nos la quitan, nos da igual cómo y para qué. Es indiferente que nos la quitan para comernos, para experimentar con nuestros cuerpos o para despellejarnos y aprovechar nuestra piel para que los humanos se vistan.

Algo que siempre se ha hecho, quitarnos la piel para que los humanos se protejan del frío. Hace miles de años se hacía porque era la forma más fácil y porque no había más posibilidades. Se aprovechaba la piel de los animales a lo que se mataba por su carne.
Pero actualmente, además de estos, tambien se crían animales solamente para aprovechar su piel, millones de visones, conejos, corderos, zorros, focas, etc..nacen y viven solamente para ser asesinados, a veces a golpes, por su piel. Sus pieles se usan para hacer o adornar abrigos, por el simple prestigio de llevarlo...,

en consonancia con los abrigos y trajes que llevaban en epocas anteriores las personas más 'importantes' como reyes y resto de nobles. O sea, que es una forma de prestigio social, igual que en su momento lo era el comer carne, solamente lo hacen las personas con más 'posibilidades', y eso hay que lucirlo, lo importante es serlo, pero sobre todo aparentar que tienen riquezas, y la forma más fácil de enseñarlo es la vestimenta, que es lo primero que se ve.
Hay que ser consecuente con tus actos y saber de dónde vienen esas pieles que se llevan. Normalmente provienen de animales criados para utilizar su piel (el caso de la muerte de miles de focas a manos de los hombres es el más horrible y el más protestado pero por la simple razón que es el único que se ve a través de los medios, detrás hay millones de casos más que simplemente no son difundidos, pero que existen igualmente solo que su tortura y muerte se produce entre cuatro muros).
Estos animales suelen nacer y vivir en pequeñas jaulas donde apenar pueden moverse, son alimentados para un engorde rápido y lo menos costoso posible, sin tener en cuenta si sufren, si están enfermos o heridos. Muchos morirán aplastados, asfixiados, golpeados... Una vez han llegado a un tamaño minimo, en pocos meses normalmente, son sacados de las jaulas y colgados en ganchos para que un operario les arranque la piel sin ningun tipo de remordimiento, solo es su trabajo.
Como los humanos están en una sociedad del capitalismo, o sea que hay que producir lo máximo posible con el mínimo coste, no se tiene ningún cuidado en que los animales no sufran, eso importa poco, lo esencial es que la piel llegue en buenas condiciones a la fábrica, muchos aun estan vivos y conscientes cuando se les arranca la piel.

Y esa es la piel que llevamos en nuestra ropa y zapatos.

Pero hay muchisimas maneras de evitar que sigan sacrificando a millones de animales para poder lucir su piel en nuestras vestimentas.
Es muy fácil, a la hora de ir a comprar solo hay que fijarse que lo que se compre no lleve ningún elemento de piel. Donde más hay que fijarse es en los zapatos, chaquetas de cuero y complementos (carteras, cinturones, relojes, bolsos,...) y no comprar aquello que lleve algo de piel.
Actualmente hay muchas posibilidades, cinturones de tela, relojes metálicos o de plástico, bolsos de tela, de plastico o de algodón, etc.
Tal vez lo menos fácil sean los zapatos o zapatillas ya que en la mayoría de tiendas los zapatos con piel dominan los escaparates. Pero también se pueden encontrar muchas opciones, no solamente los típicos de tela, sino que hay muchos otros materiales que simulan piel, que son muy cómodos y prácticos, que incluso sirven en caso de lluvía. Los hay para hacer deportes, para la ciudad, para ir por la montaña, etc.

Hay algunas páginas webs donde se pueden encontrar. (vegetarianshores.com, crucialresponse.com, conscient.com, entre otras muchas).

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sábado, 9 de enero de 2010

Hechos reales y soluciones

Las cosas se pueden cambiar y nuestro estilo de vida también. Es solo cuestión de proponérselo.
Los humanos suelen hacer las mismas cosas para no obligarse a pensar y una de ellas es el trato que se dan a los animales. Como siempre he comido carne, he vestido cuero, pieles o lana... no hay razón para no seguir haciéndolo.
Y esta es una gran equivocación. El hecho de que algo sea una tradición no le concede la obligación de que se siga produciendo. Cuando un hecho sea eticamente incorrecto debería ser debatido, ya sea colectiva o personalmente, y decidir...


Cada uno debe tener unos principios éticos (palabra en desuso) en los que base su compromiso con la sociedad y con todo aquello que le rodea. Debe ser capaz de reflexionar sobre ello y cómo sus actos influyen en todo aquello que le envuelve. Y sobre todo cuando los afectados con animales que quieren seguir viviendo y que son capaces de sentir sufrimiento y dolor.
Debemos ser capaces de intervenir de forma activa en nuestras acciones y en todas sus consecuencias.

Si nadie hubiese propuesto antes estos cambios nunca se hubiera abolido la exclavitud o las mujeres no tendrían los mismos derechos que los hombres (aunque todavía hay paises en donde esto no ocurre), o los negros aun tendrían que levantarse de los asientos de los autobuses para dejar sentar al blanco, los judíos serían perseguidos,... o aun se tirarían cabras desde los campanarios.
Todo se puede cambiar, y como decía Ghandi cada uno de nosotros podemos ser el cambio.

En el mundo actual cada segundo son asesinados 3000 animales para el consumo humano. Es una atrocidad que debe ser parada. Mueren de muy diferentes formas: degollados, asfixiados, aplastados, enfermos, cazados a tiros, ahorcados, de agotamiento, de frío, de cansancio, de tristeza, a golpes, envenenados, etc... y todas con el ser humano de protagonista.
Esta situación se puede y se debe mejorar, porque aunque no se vea, el humano que come un trozo de carne es responsable directo del asesinato de un animal.

Porque para que los humanos y muchos animales podamos seguir viviendo dignamente no es necesario que ningún otro animal sufra, sea torturado, explotado y/o asesinado.

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sábado, 2 de enero de 2010

La vida en un instante

Cómo ya he dicho, los animales no tenemos constancia de un futuro, pero no significa que no queramos vivir y que no temamos por nuestra vida y cuerpo. Tal vez no tengamos grandes perspectivas sobre nuestras vidas, ni grandes aspiraciones, porque tal vez estas ‘habilidades’ solo pertenezcan a los seres humanos, pero lo que hay que dejar claro es que queremos vivir, y sino porque huir cuando hay algún riesgo, porque buscar comida entre la basura de forma desesperada cuando nos estamos muriendo de hambre?
Y nada ni nadie tiene ningún derecho a decidir sobre nuestra vida.


Uno de los ejemplos de la terrible crueldad de los humanos (la lista sería interminable) en los que decide sobre la vida de los animales se produce en las granjas aviares. Según las estadísticas que leí hace poco en un informe cada año mueren unas cincuenta millones de gallinas para el consumo humano. Detrás de esta cifra hay un realidad aun más terrible.
Cuando un pollito nace se coloca sobre una cinta transportadora hasta que llega a un operario, el sesador, que tiene que verificar el sexo del pollo, en este caso no se puede hablar de suerte, sea lo que sea su vida será un infierno, tal vez la diferencia es que en un caso se alargará más en un caso que en otro.

Si es macho el pollito será lanzado a una bolsa, allí morirá aplastado o asfixiado por el resto de pollitos. Si es hembra seguirá en la cinta hasta el final. Después pasará a ser engordada o pasará a una jaula para que dé huevos.
Pero sigamos con los machos. Todos aquellos que se han colocado en las diferentes bolsas serán puestos sobre otra cinta que les llevará a su final. Tanto como si están aun vivos como si están ya muertos el final será el mismo. Al final de la cinta les espera una trituradora.
Una vez que pasen por allí habrá dejado de ser pollitos y ahora no serán más que polvo que se utilizará también para consumo (aquí no se desperdicia nada), para pastillas, para caldos o incluso para pienso animal. Y pensar que yo alguna vez consumí trozos de pollito...

Y la hembras, pues éstas si son ponedoras se les colocará en jaulas hasta que dejen de ser rentables, momento en que serán asesinadas y las que no lo son, se las engordará y después degolladas para ser vendidas como ‘polos’ en el mercado.

Por lo tanto, detrás de las cincuenta millones de gallinas consumidas, se deberían incluir los pollitos machos triturados que no se incluyen en estas cifras.

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La vida en la granja

Para los humanos hay dos tipos de animales, aquellos de los que se pueden sacar algun provecho, animales de consumo, domésticos, y aquellos de los que no se puede aprovechar nada. Por instinto, se podría pensar que la vida de un animal con posible aprovechamiento podría valer más que la de los otros. No es el caso, no solamente su vida vale muchisimo menos (que ya es decir), sino que también su vida es terrible.
Sus condiciones de vida son un infierno constante, aunque las personas no lo consideren así ya que no escuchan todos sus quejidos que quedan silenciados en las paredes de los mataderos, de la granjas, de los camiones en los que son transportados...
Ya conté cómo conocí a aquella vaca que fue llevada a un matadero y cómo descubrí la terrible realidad que sufren cada día estos animales.


Para mí, la vida de cualquier animal me merece el mismo respeto indiferentemente de la especie que sea, pero he de confesar que la vida de los animales de consumo; vacas, cerdos, gallinas, conejos...que serian los clásicos, pero también los nuevos animales de los que se está utilizando su carne para consumo humano en occidente, (para su desgracia); cocodrilos, tiburones, serpientes, llamas, avestruces...y un largo etcétera.

El valor de sus vida se mide según el precio que se marca en los mercados, unos valen más que otros según la oferta, la demanda, según la temporada, el territorio o, simplemente, según la moda...Pero no hay que olvidar que ése es el precio de su carne, no de su vida. Su vida no vale nada.
Da igual como lleguen al matadero mientras que este bien gordito y aporte una buena cantidad de carne. Y para que lleguen así es normal que entre otras cosas se les corta la uñas para que no arañen al resto y se les castra sin anestesia, se les hace sufrir anemia para que su carne sea más blanca y tierna, están atados en lugares tan estrechos que impiden que se muevan durante toda su vida, se les rompe la columna vertebral durante el traslado al matadero, se les amputa, sin anestesia, miembros de sus extremidades si molestan en cualquier momento de su traslado, se les pincha con tridentes para que obligarles a subir a los camiones que les llevarán al matadero, se obliga a las hembras a quedarse embarazadas para que continuen dando leche a costa de quitarles su cría inmediatamente después de su naciemiento, el cual será asesinado para el consumo de carne ‘tierna’...pero no todo son los grandes mamíferos, no quisiera olvidarme de cosas que se pueden ver diariamente en cualquier granja aviar, como se cogen a los polluelos que han sobrevivido las primeras hora de su vida, y le colocan la cabeza en una maquina que le amputará el pico para que esa gallina ya no pique ni dé mordiscos a sus compañeras de jaulas, y a la hora de matarlas las colocan en huecos cilíndricos boca abajo para que no puedan moverse mientras colocan el resto de animales en los ganchos para que el siguiente operador de la ‘maquinaria humana’ les corte la cabeza. Y así, supongo que durante ocho horas. Ochos horas cortando cabezas a gallinas. Ningún otro animal creo que pudiera hacerlo. Solo la frialdad, la indiferencia y la crueldad del ser humano es ilimitada.Y esto son cosas que yo he visto, pero seguro que hay muchas otras cosas que algún día comprobaré y deberían hacer sentir vergüenza a cualquier persona de pertenecer a la especie de los humanos.

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La vida en la granja aviar

Normalmente los gatos no tenemos la misma visión de la vida que los humanos. Estos saben que su tiempo es limitado, que llegará un momento en que su existencia desaparecerá para siempre, excepto en lo que creen en la reencarnación y consideran que volverán a nacer y vivirán otra vida, en otro cuerpo humano, claro, porque muchos no vislumbran la posibilidad que en la siguiente vida puedan ser otro animal, o planta, pero los gatos, no, nosotros vivimos cada instante sin pensar en el futuro.
Pero eso no quiere decir que no tengamos constancia de nuestra cuerpo y de nuestra vida. Los animales huímos cuando tenemos miedo, eso quiere decir que tenemos conocimiento de nuestro cuerpo y de todo aquello que nos rodea, que sabemos que hay riesgos sobre nuestra vida, igual que los seres humanos...


Recientemente Leo y yo nos metimos en unos granja de aves, quería enseñarle que estos lugares no son tan bonitos como se puede pensar. A veces, he visto libros que se regalan a los niños humanos en donde aparecen aves, gallinas en su mayoría, alegres y contentas de estar allí. Se las ve en libertad, solo con la obligación de poner huevos para el consumo humano. Pero nada más lejos de la realidad. Esta situación solo se producen en contadas situaciones. Para que se puedan comer tantos huevos se necesitan millones de aves poniendo huevos. Y esta es la realidad:

Lo primero que te sorprende de una de estas naves es la luz que ilumina toda la nave. Le explico a Leo que esto es para que las gallinas no duerman y pongan huevos durante el mayor número de horas, dejando que duerman entre dos y cuatro horas al día, sufriendo un gran estrés que hacen que su vida se acorte.

La segunda sorpresa es el gran número de jaulas que hay. Desde la puerta de la nave solo se ven grandes ‘edificios’ de jaulas y jaulas. Miles o, tal vez, decenas de miles de animales encerrados en jaulas. Pero si te acercas a una de esas jaulas, descubres otra gran sorpresa, aun es más triste, no hay solo una gallina en cada jaula, no, pueden haber entre cuatro y ocho gallinas en apenas una jaula de menos de un metro cuadrado, impidiendo que puedan abrir las alas, picándose la una a la otra por buscar un poco más de espacio e incluso, se dan casos de canibalismo.

No voy a cometer el mismo error humano de considerar que estos animales no sufren y que ‘solo son gallinas’, por eso me acerqué a ellas y las miré, y no para comérmelas, cosa que ya hace mucho que no haría, sino para intentar darles mi pequeño apoyo, tal vez inutil. Quería que supieran que no estan solas, que hay otros seres que luchan por ellas.

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LOS ANIMALES NO SON COSAS