sábado, 6 de junio de 2009

Capacidades de los animales-no humanos

El otro día iba yo por una ciudad cuando empezó a llover de forma espontanea. Se puso a llover, pero no esa lluvía de cuatro gotas que casi no te moja, no, una de ésas que no para de llover, que el cielo se oscurece por momentos y donde no sabes donde meterte para no mojarte. Cuando es una lluvía suave con colocarte debajo de un coche evitas mojarte, pero cuando llueve tanto en tan poco tiempo se forma una capa de agua por toda la calle que no se va por ningún sitio, con lo que acabas empapado. Y ya se sabe que a los gatos no nos gusta el agua, y no, no es una leyenda urbana es cierto, no nos gusta el agua, pero no porque seamos unos guarros, ya que nos lavamos constantemente a lo largo del día, sino porque no nos gusta, y punto.

Pues a lo que iba, me metí por el primer hueco que encontré para resguardarme. Al otro lado del muro me encontré con un montón de pantallas de televisión. Las conocía porque mis anteriores dueños se pasaban horas delante de este aparato y aunque yo le suplicaba no me hacían ningún caso. Debía ser muy interesante lo que contaban. Yo apenas le prestaba atención.

Al entrar me encontré todas las luces y todas la pantallas apagadas, todas menos una. Al final del local se veía la luz que salía de la pantallas.
Me acerqué. Y allí me encontré con que aparecía un chimpacé en la pantalla. Y además el volumen del aparato no estaba desconectado del todo y, aunque para un animal-humano era imperceptible, para mi no lo era.

Hablaban de un experimento que estaban haciendo para comparar la memoria visual de un humano con la de un chimpacé. Pero no ha un hombre cualquiera sino a uno capar de memorizar en segundos el orden de todas las cartas de una baraja. El experimento consistía en que en una pantalla aparecían aleatoriamente pequeños cuadros con números en su interior, y tanían que tocar los cuadros en orden ascendente según los números. Con lo cual había que memorizar en décimas de segundo los números del interior de los cuadros.
La primera prueba la hizo el humano. Le dierion algo más de medio segundo para hacerlo. La prueba fue un exito, ordenó los siete-ochco cuadros que aparecieron.
El siguiente paso fue para él mismo, pero solo le dieron menos de un cuarto de segundo, unas 0.2 décimas. Apenas acertó dos números.
Viendo el 'exito' le hicieron la misma prueba con dos decimas de segunda al chimpacé. Evidentemente ya estaba acostumbrado a los números, y sabía el orden de cada unos de ellos. Hizo la prueba varias veces. Las acertó todas sin apenas dudar.

Lo mejor de todo, es que el hombre se sentía avergonzado ante tan 'humillación'. Cómo podía un simple chimpacé superarle en la mayor capacidad que tenía?

El problema es que los humanos se sienten superior a los animales en todo. Se dice que nos superarn en razonamiento (algo que se puede discutir), pero sobreentienden que en todo lo demás también lo son.
Y claro no pueden soportar que se les supere en algo. Y más cuando eres el mejor de planeta humano en algo.

Se vuelve a demostrar que, aunque algunos o muchos no lo quieran ver, los humanos son limitados, sus capacidades son excasas y que solo superan a los animales en su voluntad de hacer daño y en su maldad.

No hay comentarios:

 
LOS ANIMALES NO SON COSAS